En el presente número nos propusimos hablar sobre auditoría, la herramienta que permite la identificación, análisis, evaluación y programación integrada de las distintas dimensiones que componen la comunicación y la imagen Institucional para conocer el estado de los recursos de la organización, a través del análisis de su estrategia comunicacional y su impacto en los diversos públicos internos y externos, para proceder al fi n a su optimización a través de la propuesta de un conjunto de políticas y líneas de acción a poner en práctica. Cuando pensamos en una estrategia de comunicación para intervenir nuestra institución con el objetivo de mejorar o mantener la imagen que proyectamos en nuestros stakeholders, debemos ser conscientes, muy conscientes, del punto de partida, esbozar nuestro escenario con detalle de ingeniería, saber dónde estamos parados antes de comenzar. Adriana Amado explica que “la investigación de la comunicación propiamente dicha comienza por un análisis detallado de los públicos de la organización, que a su vez se integrará como una fase de las distintas etapas de los modelos de auditoría, que es el diagnóstico de la comunicación de una organización. Como tal, la auditoría no es un fi n en sí mismo, sino un insumo para la planificación estratégica para un plan de comunicación”. En esta explicación, además, hace un recorrido por el contenido del libro “Auditoría de comunicación” del cual ella es editora y compiladora. Es evidente que si bien existen metodologías y procesos que sirven de modelos para la aplicación de una auditoría eficiente y provechosa, es imposible estandarizar una técnica y pretender que sea aplicable a toda institución, sea esta pública o privada, pequeña, mediana o grande. Cada una posee una realidad distinta que demanda el análisis de realidad, o “la foto”, consonante a su existencia. Sin embargo, hay algo que es común a la necesidad de toda organización, por el sólo hecho de existir, y es que “todo plan de comunicación debe surgir de un estudio sistemático de las necesidades de la organización y su particular situación contextual” (1). Es por eso que en esta edición no se pretende bajo ningún punto de vista dar el tema por terminado, sino comenzar a visualizarlo y ponerlo en agenda como una necesidad imperante que tienen las organizaciones. La etapa de investigación ha sido históricamente poco ejercitada, investigar, auditar y diagnosticar lleva tiempo y es costoso, pero la realidad ha demostrado que la teoría no es en vano y que si le otorgamos al primer paso del IPCE la importancia que en verdad tiene, lo que estaremos ahorrando es justamente recursos valiosos que podremos utilizar en acciones mucho más productivas. La auditoría forma parte de esa I (Investigación) del IPCE, y como herramienta suele aportar una cantidad de datos irremplazables y sustanciales para abordar la estrategia. La buena noticia es que hoy existen las nuevas tecnologías que nos brindan un sinfín de instrumentos para poder investigar a muy bajo costo o, incluso, de forma gratuita. Esta vía puede que sea sólo una parte de la auditoría, pero una parte que bien puede ser de ayuda para iniciar el proceso.