Esta edición de la Revista DIRCOM nos encuentra en un momento importante de pleno cambio en lo que hace a la Comunicación Política. En principio porque comienza a haber síntomas de agotamiento del público que recibe información a través de los canales tecnológicos que se vienen desarrollando desde hace un tiempo a nivel profesional como las webs, las redes sociales, el mailing, etc. Estas herramientas de formidable éxito en épocas de campañas electorales comienzan a saturar al receptor. La situación demanda reformulaciones en lo que respecta a la comunicación externa que recibe el público y mayor profesionalismo por parte de nosotros. Algo similar ocurre con la comunicación política en la gestión gubernamental, con menos rechazo que las campañas, pero que igualmente genera un reto permanente en mantener una comunicación con el ciudadano lo más abierta y transparente posible.