En esta edición de revista DIRCOM, que centra su tema en la responsabilidad social empresarial, hemos abordado diferentes perspectivas y realidades de la comunicación en la región. Consideramos esencial abordar sobre todo el hecho de tener responsabilidad al comunicar, colocándonos como profesionales críticos y participativos en las estrategias globales de nuestras empresas e instituciones. La responsabilidad social nace de un discernimiento al interior de la organización, que apunta a obtener soluciones estratégicas de carácter inclusivo y sostenible, pero le agregamos un ingrediente importante e indispensable: el colaborativismo. Unir fuerzas no es otra cosa que la salida para el compromiso real con nuestras sociedad y alimentar la realidad de tener una visión compartida entre el gobierno, la empresa y la sociedad civil. Los planes estratégicos de comunicación responsable no aportarán soluciones reales a los sectores, si no están alineados con la realidad del entorno en el que se encuentran y ejercen su accionar. Esa figura de co-responsables, nos une con un mismo sentido de subsistencia que enmarca la necesidad de tener negocios verdes, no solo orientados a la rentabilidad financiera, sino también al crecimiento de valores en la sociedad y a la preservación de los recursos no renovables de nuestro planeta. Los líderes empresariales están llamados a compartir con sus públicos los riesgos de sus negocios así como las soluciones. Esa es la transparencia que esperan los públicos en las comunicaciones emitidas y es la clave para la construcción de vínculos y de una imagen favorable; destacando que es el camino para involucrarlos al cuidado de su entorno como co-responsables. Ahora ¿qué acciones debemos generar los comunicadores para lograr alinear e integrar la visión de nuestra región?