Una singularísima crónica novelada que trata de develar «el enigma del
Conde de Lautréamont», aquel «estupendo uruguayo» que, a me
diados del siglo XIX y con menos de veinte años, conmocionó el mundo de
la época.
No dejaré memorias. El enigma del conde de Lautréamont es una
investigación que ?a lo largo de cinco años? Ruperto Long realizó en los
lugares donde vivió Isidoro Ducasse, cuyo apodo fue Conde de
Lautréamont.
Tarbes, Pau, Burdeos, París y muchas horas de estudio de documentos en
la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) arrojaron los elementos
presumiblemente reales de la vida del Conde que aparecen en este libro.
Long los ubicó histórica y culturalmente, completó los vacíos con
intuiciones y especulaciones y así conformó esta crónica novelada sobre
la vida real de Lautréamont, que sin duda fue apasionante y enigmática.
Varios hechos indudables de la vida de este personaje permiten afirmar
claramente su carácter de uruguayo, a lo que él nunca renuncia porque en
su obra se llamó a sí mismo "el montevideano", y en su escritura en
francés siempre utilizó muchos hispanismos y referencias al sur. Otro
de los datos que aporta esta crónica es que, luego de cursar sus
estudios en Francia, volvió a su casa paterna en Montevideo, y en
la única referencia escrita de su puño y letra dice "nacido en
Montevideo (Uruguay)".
Long también recrea en este libro el debate que surgió en el París de
1952 entre los principales intelectuales del momento (Albert Camus,
André Breton, Jean Paul Sartre, René Char, Octavio Paz, Maurice
Blanchot, entre otros), cuyo epicentro fue la figura del Conde. Este
episodio es importante porque permite comprender la gran influencia que
tuvo Lautréamont sobre los surrealistas como Breton, Aragon, Dalí,
Ernst, Man Ray, Miró,Buñuel y otros, y a través de ellos, en la
conformación del mapa cultural del siglo XX, en un momento en que el
Mayo de 1968 ya se estaba incubando.
Este libro recupera una parte de nuestro patrimonio cultural que aún
permanece desconocido y olvidado.