San Manuel Bueno es parte de la vida misma de Unamuno, a quien seguramente por su maestría de la letra española y su reputación en una época donde no abundaban los doctores en letras como cabrahígos en las esquinas de las calles, se le miraba como un 'santo Manuel', sin dudas debe de haberse reído del prójimo que lo creyó ilustre sabiendo él que era ilustre. Vemos sátira y risa en su escuela, lenguaje coloquial e inteligencia mezclados con la luz de una antorcha que se esfuerza por mostrar una senda.