Hacer dietas muy restringidas en calorías provoca un aumento de los pensamientos obsesivos respecto de la comida, y, con ello, se genera un círculo vicioso de prohibiciones y atracones difícil de detener. Por esa razón, no se trata de sufrir estando a dieta y contando calorías de forma permanente, sino de reeducarse en la manera de comer. Y usted mismo puede comprobarlo haciendo un relevamiento de las personas que conoce. Seguramente, quienes viven a dieta están gordos, mientras que los delgados no viven haciendo régimen: simplemente tienen hábitos saludables de alimentación. Este libro le explica detalladamente cuáles son esos hábitos y le ofrece un extenso recetario para ejemplificarlo.