Una exquisita exploración de las leyes de la atracción que traspasa las fronteras de la identidad sexual con la que siempre hemos creído identificarnos.
Un apartamento exquisito y algo bohemio de Manhattan y una pareja que habita la rutina con comodidad, tomando una comida ligera en la cocina o acariciándose en el dormitorio, sin que la mujer se moleste ya en quitarse esos calcetines de lana que tanto le gustan. Son Rebecca y Peter: llevan juntos muchos años y comparten una misma afición por el arte. La pasión que los unió se ha convertido ahora en complicidad y todo parece presagiar que así seguirán por el resto de sus días, hasta que aparece en sus vidas Dizzy, el hermano de Rebecca, un joven de poco más de veinte años que llega huyendo de su adicción a las drogas. Su hermoso cuerpo, que él exhibe con desenvoltura, simboliza para Peter la belleza pura, y es que bien mirado, Dizzy no deja de ser Rebecca, pero libre de los estragos originados por el tiempo. Peter se descubre dispuesto a gozar de nuevo, a apostar por una locura y a pagar por ello. Michael Cunningham consigue algo que solo saben hacer los grandes maestros: que la imperfección de un hombre, su vulnerabilidad y su poquedad se transformen finalmente en un elogio de lo más humano que anida en cada uno de nosotros.
La crítica ha dicho:
«Leía, leía y no podía parar... Cunningham te cuenta una historia que no quieres que se acabe nunca.»
Jeanette Winterson, The New York Times Book Review
«Una exquisita narración, hábilmente ingeniosa y entrañablemente filosófica […] sobre los misterios de la belleza y el deseo, el arte y el engaño, la edad y el amor.»
Donna Seaman, Booklist
«A pesar de que todo está calculado para pensar, la emoción y la magia entran con una fuerza fabulosa y lo permean todo, tal vez porque el pensamiento no sería nada sin ellos.»
Clarín
«Cunningham conmueve con los defectos y la torpe humanidad de sus personajes, consciente de que Emma Bovary, Anna Karénina o Raskólnikov no nos interesan porque sean buenos, sino porque no son admirables y son nosotros y porque los grandes escritores les han perdonado que lo sean.»
Braulio Ortiz, Granada Hoy
«La novela no es tanto una instantánea de nuestra forma de vida actual como una reflexión sobre el eterno consuelo del amor y el arte a la sombra de la muerte, y el desenlace es […] inevitable, aunque inesperado, como los golpes del oleaje. […] Un éxito.»
The New Yorker
«Mitad Henry James y mitad James Joyce, pero, en definitiva, Cunningham […]. Una reflexión intelectual y e inusual sobre la fascinación que ejercen ciertas ideas y sobre lo que un matrimonio convencional necesita para poder sobrevivir.»
Ron Charles, The Washington Post
«Cunningham es un escritor con mayúsculas. […] No hay nada menor ni en el corazón ni en el talento de este autor. Cuando cae la noche merece todos los elogios que ha recibido.»
Meredith Maran, San Francisco Chronicle
«La belleza, en todas sus facetas y en su poder para trastornar, seducir y engañar, constituye el tema central de Cuando cae la noche […]. Con el ingrediente añadido d misterio y el miedo a la muerte, es una novela con reminiscencias de Oscar Wilde y Thomas Mann.»
Misha Berson, The Seattle Times
«Las observaciones de Cunningham sobre nuestra desesperada búsqueda de lo real llenan y rompen el corazón.»
Ellen Kanner, Miami Herald
«Aquí hay frases tan poderosamente precisas y bellas que casi levitan sobre la página.»
Karen Valby, Entertainment Weekly