Escrita en 1936, esta obra en parte autobiográfica narra la educación de un joven difícil e inclasificable en un París que se aproxima a la Primera Guerra Mundial, ni la estancia en Londres ni los posteriores intentos de los padres amortiguarán la tormenta de ideas y sentimientos de un protagonista que refleja un mundo disparatado y miserable.
Después de la magnífica acogida de Viaje al fin de la noche, Céline continuó desarrollando su deslumbrante y avasallador estilo en Muerte a crédito. La transposición literaria de la vida del autor en una especie de seudoautobiografía que había sorprendido a críticos y contemporáneos en su primera novela, continúa aquí con la evocación de los años de formación del protagonista en un ambiente familiar asfixiante, sobre el fondo de un mundo disparatado, hecho de miseria y fealdad.