En estas dos novelas cortas, Kadaré conforma un díptico narrativo en el que entrelaza lo real con lo onírico y la historia oficial con la alegoría, sobre un fondo en el que se entrecruzan los mitos y las tragedias clásicas griegas con las legendarias tradiciones balcánicas. Dos hitos vertebran las tramas: el ambiente viciado y agobiante de las celebraciones del primero de mayo en la Tirana de Enver Hoxha, que evoca al narrador el sacrificio de Ifigenia por Agamenón, y la misteriosa y repentina muerte del sucesor del dictador. Traducción de Ramón Sánchez Lizarralde