El hombre es un ser tentado; para humanizarse, debe renunciar a los sueños y a las ilusiones de omnipotencia, debe aprender el arte de la resistencia en el espacio de la libertad y, por consiguiente, ser consciente de la prueba como experiencia esencial a su libertad: ¡sin tentación no hay libertad!
Enzo Bianchi analiza las tentaciones a las que se enfrentó Jesús, para descubrir su esencia y mostrar lo que tienen de común con las que nos salen al encuentro a nosotros.