La situación de esa naturaleza permanente que el hombre lleva dentro de sí, por más que vaya este contra lo Real en el sentido metafísico de la palabra, nunca ha cambiado ni nunca podrá hacerlo. La situación ontológica del hombre en el orden total de las cosas es la misma para siempre: esta situación, más que el resto de aspectos de la posición del hombre en el cosmos, tal como la estudian la cosmología y las ciencias de la naturaleza, es permanencia en medio del cambio aparente.