Silvano Masoero, alias «Silver», es un púgil retirado, y también ex presidiario, que pese a haber pagado su deuda con la sociedad por un combate amañado, tal vez todavía no lo haya hecho con su propia conciencia. Tampoco en el plano emocional las heridas del pasado le permiten superar su viudedad e iniciar una nueva relación sentimental. Ahora, con sesenta años, es utilero de un equipo de fútbol de la Segunda División que se enfrenta, en la última jornada de la liga, a su partido crucial para lograr el ascenso de categoría. En él juega como estrella emergente su hijo Roberto; un hijo que, como él, se verá tentado por el dinero fácil de las apuestas ilegales. Sólo faltan unas horas para el partido, durante las cuales el protagonista va desgranando los episodios que componen una vida de errores y derrotas. Su voz es parte de su personalidad, por eso se expresa con un estilo seco, directo, contundente como los golpes recibidos y encajados, con notas de humorismo amargo y de ternura que van ganándose paulatinamente a quien lo escucha y lo acompañará hasta esa difícil decisión que lleva a un sorprendente desenlace. Tras vender quince millones de ejemplares en todo el mundo con sus anteriores novelas (desde Yo mato hasta Apuntes de un vendedor de mujeres), Giorgio Faletti apuesta ahora por una novela breve e intensa capaz de esbozar diversas melodías que se entrelazan con habilidad, como son la responsabilidad moral del individuo, la corrupción imperante en el fútbol como microcosmos de la sociedad, la problemática de una juventud sin futuro, el eterno conflicto generacional o la aparentemente apacible vida de provincias.