En esta Historia Real, los nombres de los personajes que aún viven se han cambiado para proteger su intimidad.
Tenía catorce años cuando me convertí en un adicto a las anfetaminas y, durante veinticinco, llegué a tomar hasta cien pastillas diarias. Las drogas me condujeron a una extraña vida delictiva y excéntrica. Cuando los efectos de la adicción se agravaron, pasé de ser un playboy, propietario de lujosas casas y de caros caballos, a vivir en los albergues sociales del Ejército de Salvación, y terminé solo en las calles, como los alcohólicos.
¿Por qué me ocurrió todo esto? Hoy, cuando miro a los jóvenes, me pregunto si algunos tendrán que realizar un viaje tan infernal como el que yo viví.
¿Qué es lo que distingue a estos chicos del resto de los muchachos de su edad?
En mi historia se encuentran las respuestas.