Maddie Givens deseaba desesperadamente ser útil a los demás y seguir el buen camino, pero nunca lo conseguía. No había nada más que ver lo que había ocurrido cuando se había ofrecido a ayudar a su hermana con el espectáculo de Navidad. Antes de que hubiera podido reaccionar, dos granujas se habían llevado su coche… con su sobrino dentro. Pero cuando el guapísimo Steve Jackson apareció en su moto para rescatarla, Maddie se preguntó de pronto qué tal sería ser mala de verdad…