Los niños no siempre «sueñan con los angelitos», a pesar del deseo de
los mayores. Lo sabe muy bien el protagonista de este cuento, quien por
las noches tiene que enfrentarse a sus pesadillas, hasta que consigue
dar la voz de alarma.
Quedarse dormido solo no es tan fácil. Menos mal que papá acude rápido a la llamada de peligro. Da igual que sean los tiburones que rodean el barco pirata, o una legión de momias o de monstruos, o seres terroríficos y animales salvajes, con sus horribles amenazas. Todos se alejan ante la presencia de papá. Entonces llega el sueño tranquilo.