Oliver termina su jornada en el centro de masajes cuando una treintañera hermosa y rubia llega en el último minuto. La clienta se ruboriza al quitarse la ropa y su timidez no le dejará indiferente. Entonces, nuestro masajista se vale de toda su delicadeza y talento para hacer que Elena se olvide de su pudor. Dividido entre su deseo por ella y el autodominio que se necesita para el trabajo, ¿terminará sucumbiendo a la tentación? -