Uno de los mejores relatos del maestro Junichirô Tanizaki, en el que el dolor, el sadismo, la sexualidad, la sumisión y la devoción van de la mano.
«En lo profundo de su corazón, el joven tatuador ocultaba un placer y un secreto deseo. Su placer residía en la agonía que sentían los hombres al irles introduciendo las agujas, torturando sus carnes hinchadas, rojas de sangre: y cuanto más alto se quejaban, más agudo era el extraño deleite de Seikichi.»
Seikichi es un joven tatuador dotado de una habilidad poco común, que se rinde al placer de torturar a sus clientes con sus agujas y tinta. Cuánto más dolor sienten sus clientes, más placer obtiene. Pero Seikichi no estará satisfecho hasta que encuentre al lienzo de sus sueños que, finalmente, será su perdición.