"El silencio del mar" no sólo puede ser considerada una pequeña obra maestra de la literatura francesa, sino seguramente el título más representativo de la Resistencia cultural de Francia contra la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Su autor, un artista plástico llamado Jean Bruller, que abandonaría el dibujo para dedicarse a escribir, firmaría el primero de sus títulos con un extraño seudónimo, Vercors, recordando instintivamente la imagen del macizo montañoso que fue escenario de gestas heroicas de los partisanos frente a los invasores alemanes. Hasta el fin de la guerra ocultará su verdadero nombre a todo el mundo, incluso a su familia y amigos íntimos.