Oliver Sacks examina la relación con la música de pacientes, gente corriente o músicos profesionales para arrojar una luz insólita sobre ese fenómeno.
A través de anomalías como la «amusia» –o incapacidad para sentir la música–, el hipermusical síndrome de Williams –un extraño fenómeno de extrema sociabilidad–, las alucinaciones musicales o la música como inspiradora de auténtico terror, Sacks elabora un lúcido análisis de cómo la música es un factor clave para crear la identidad humana, ya sea de una manera patógena o como un agente positivo a la hora de tratar el Parkinson, la demencia, el síndrome de Tourette, la encefalitis o los ataques de lóbulo temporal.
Sacks se revela de nuevo como un espléndido narrador, con el humor, la erudición y la vastísima cultura científica y humanista a que nos tiene acostumbrados.