Tras el exitoso serial de publicaciones proféticas, muchas personas provenientes de alejadas regiones francesas comenzaron a contactar a Nostradamus con tal de conocer lo que les depararía en su vida futura a través de los horóscopos.
Debido al creciente número de "clientes", decidió iniciar un proyecto, consistente en escribir un libro de 1000 redondillas, conocidas como centurias, las cuales consistían en versos proféticos donde extendía la información contenida en sus anteriores almanaques.