Hay sucesos que no comienzan cuando uno cree. No empiezan en el instante en que algo se rompe, ni cuando un grito hiere el silencio, ni siquiera cuando la oscuridad finalmente muestra su rostro. Algunas historias, como la que estás por leer, comienzan mucho antes… en detalles que pasan desapercibidos, en señales que parecen coincidencias, en decisiones pequeñas que, sin saberlo, abren caminos imposibles de cerrar.
Michael y su familia no se imaginaron que su tragedia se daría por unas vacaciones a un lugar retirado y tranquilo que se convertiría en su peor pesadilla. No sabían que la cabaña a la que se dirigían guardaba un eco antiguo, una memoria ensangrentada que no distingue entre el ayer y el ahora. Que para ciertas fuerzas, el tiempo es solo un hilo que puede tensarse hasta quebrarse.
Aquella región, escondida entre montañas y árboles que parecían observarlo todo, se había mantenido apartada del mundo por una razón. Había sido abandonada, olvidada, sepultada bajo rumores que pocos se atrevían a repetir. Pero los lugares que han visto demasiada muerte rara vez permanecen en silencio para siempre. Tarde o temprano, alguien llega. Alguien abre una puerta que debió permanecer cerrada. Alguien escucha lo que nunca debió oír.
La familia creía que buscaba descanso. Que necesitaban un respiro del ruido, del trabajo, del peso cotidiano. No sabían que ese aislamiento sería una experiencia aterradora. Que una vez puesta en marcha la voluntad de lo que habitaba allí, ya no existía forma de escapar sin pagar un alto precio.
Este no es un relato sobre una casa embrujada. No es la historia típica de un bosque oscuro ni de apariciones que viven entre las paredes. Es la historia del encuentro entre dos mundos: uno que respira, siente y demanda sangre. Un choque que transformó cada rincón de aquella cabaña en un testigo silencioso del horror que estaba por desatarse.
Quien lea estas páginas deberá recordar algo:
algunos lugares eligen a quienes los visitan.
Y una vez que respondes a ese llamado, ya no importa cuánto corras, cuánto grites o cuánto ruegues.
El destino ya está echado.
Cada palabra te transportará a ese sitio por medio de tu mente, vivirás con Michael y su familia este suceso que marcaría su vida de una forma inesperada.
