La obra Celos con celos se curan del dramaturgo Tirso de Molina aborda la complejidad del amor y el deseo a través de estrategias de seducción y juegos de poder. La trama se centra en un amante que, para conquistar el corazón de una dama esquiva, opta por la indiferencia como táctica de seducción. Sorprendentemente, esta actitud logra su objetivo y la dama termina sometiéndose a su voluntad, fingiendo incluso ser su esposa. La obra parece celebrar el poder del desdén como un medio efectivo para conquistar lo inaccesible. A través de sus personajes, Tirso de Molina explora las dimensiones psicológicas del amor y cómo a menudo nos sentimos más atraídos por lo que parece estar fuera de nuestro alcance. La obra nos muestra que el amor es, en muchos sentidos, un juego de estrategia y que la indiferencia puede ser una herramienta poderosa en este juego. La primera jornada de la obra introduce a los personajes César, Carlos y Gascón en una conversación llena de tensiones no resueltas. Se siente un aire de misterio que impregna la escena, especialmente cuando Carlos insiste en hablar a solas con César. La conversación que sigue es un juego delicado de palabras, donde los personajes intentan discernir las intenciones del otro sin revelar completamente las propias. Tirso de Molina muestra su habilidad para el diálogo enriquecedor y la construcción de personajes complejos. Uno de los aspectos más fascinantes de la obra es cómo Tirso de Molina utiliza el lenguaje para construir una tensión dramática. En la conversación entre César y Carlos, cada palabra está cargada de múltiples significados, y cada línea parece contener una historia no contada. El autor nos muestra la sofisticación de sus personajes a través de su diálogo, y cómo sus complejas emociones se expresan en un lenguaje que es tanto poético como profundamente humano. Celos con celos se curan es una obra cautivadora que explora la complejidad del amor humano a través de la lente del desdén y la estrategia. Su rica caracterización y sus diálogos ingeniosos hacen de esta una obra esencial dentro del repertorio del teatro barroco español. Tirso de Molina nos entrega una pieza profundamente reveladora de la naturaleza humana y de los intrincados juegos de poder que a menudo caracterizan nuestras relaciones amorosas.