Cuando encuentra una preciosa flor creciendo en el bosque, Ardilla decide que es suya. Después de lo que pasó con las hojas en otoño, nuestra amiga está decidida a mantenerla a salvo. Pero quizás Ardilla quiere protegerla demasiado... ¡Al fin y al cabo, incluso las flores necesitan su espacio!
Un libro muy ameno para despertar la curiosidad y aprender sobre las estaciones.