En nuestro mundo pospandémico, hay más necesidad que nunca de introspección y de oración. Sin embargo, cada vez hay menos comprensión sobre la idea misma de la oración y menos comodidad y familiaridad con la práctica de la oración. Para muchos de los que enseñan teología y ejercen el ministerio catequético, enseñar a orar ya no es una tarea obvia y fácil. Además, a veces se descuida la enseñanza de la oración en los planes de estudios teológicos.
Por lo tanto, es necesario reflexionar sobre cómo cultivar una cultura de la oración y cómo enseñar a orar en el mundo actual, en el que muchos cristianos han perdido la conexión con la tradición de la oración al tiempo que están expuestos a nuevas formas de contemplación y oración.