"Érase una vez en América" es la última película de Sergio Leone, lo que el propio director definió como "mi cine".
Con una gestación muy convulsa, hasta el punto de que transcurrieron quince años desde la primera idea hasta la realización final, y con una duración global mucho mayor que la extensión normal de una película cinematográfica, esta película se convierte en una discusión sobre el tiempo, en un manera de transponer, con la infinita sabiduría de quien sabe mezclar música y fotografía, escenografía y color, ambientes y diálogos, la vida misma y las delicadas relaciones que cada uno de nosotros establece durante el transcurso de nuestra existencia.