Según el Espiritismo, la simpatía espontánea que tenemos por alguien proviene del fortalecimiento de vínculos afectivos cultivados a lo largo de muchas vidas. Lo mismo ocurre con la aversión o repulsión que surge entre dos personas. Eso es porque, aunque no recordamos, los eventos del pasado se almacenan en el inconsciente y reflejan los sentimientos en el presente.
Ariane, Lauro y Miguel reencarnaron con el objetivo de superar el dolor y el sufrimiento que se causaban mutuamente. A través de una nueva oportunidad que les dará la vida, tendrán la oportunidad de amarse y, en consecuencia, resolver los conflictos del pasado.
Esta novela nos demuestra que Dios es bueno. Él nos ayuda a olvidar el pasado para que podamos amarnos como hermanos y eliminar todos y cada uno de los resentimientos. Así, con el corazón ligero, podremos caminar por un camino seguro que nos llevará a la paz y la armonía, esparciendo el bien en nosotros mismos y en el mundo.