Estos diálogos nos hablan del comienzo de una nueva era en los museos, porque estamos ante el comienzo de una nueva era en el mundo. Pero aquí, como en cualquier rincón del planeta, los cambios no surgieron de la nada. Fueron germinando a lo largo de décadas, a medida que olas de transformaciones sociales planteaban nuevas exigencias a las instituciones culturales y se postulaban ideas progresistas sobre qué es un museo.
El nuevo siglo ha marcado una fase de pluralismo para las instituciones de arte. Ya no están obligadas a copiar viejos modelos ni a importar ideas foráneas. Se ha abierto un campo fértil de posibilidades para los museos, sobre todo para aquellos que funcionan por fuera de los que se consideraban centros del arte occidental.