Unalecturanecesaria paracomprendereltumultuosopasado de América Latina y lacomplejidad desuidentidad.
«Trazarel alma de uncontinente esunahazañaextraordinaria, y Marie Arana lohace conprecisiónacadémica, rigor moral yelegancia de estilo. Paracualquiera queestéinteresadoenentender —entender deverdad—qué es América Latina y dedóndeviene, Laplata, la espada y lapiedratiene que serel primer paso».
Juan Gabriel Vásquez
Marie Arana, en un ejercicio por comprender el origen de las heridas aún abiertas de América Latina, entreteje con maestría las biografías de tres latinoamericanos contemporáneos con mil años de vívida historia. Sus vidas representan las tres fuerzas motrices que han moldeado, desde hace siglos, el carácter de una región: la explotación, la violencia y la religión.
Así pues, conocemos a Leonor Gonzáles, una minera que vive en una pequeña comunidad situada a cinco mil metros de altitud en la cordillera andina del Perú y que, como sus antepasados desde tiempos inmemoriales, trabaja escarbando las entrañas de la tierra para extraer pepitas de oro. A su alrededor, el analfabetismo, la desnutrición y las enfermedades reinan como hace quinientos años. Y ahora, al igual que entonces, la supervivencia de su gente depende de un vasto mercado mundial cuyas fluctuaciones se controlan en lugares remotos.
A Carlos Buergos, un cubano que luchó en la guerra civil de Angola y que ahora vive en una tranquila comunidad a las afueras de Nueva Orleans. Carlos fue uno de los cientos de delincuentes que Cuba expulsó a Estados Unidos en 1980. Su historia es un eco de la violencia que ha atravesado Latinoamérica desde la época precolombina hasta la actual lucha contra el narcotráfico.
Por último, a Xavier Albó, un sacerdote jesuita de Barcelona que emigró a Bolivia. Xavier se considera indio de cabeza y corazón y, por ello, es muy conocido en su país de adopción. Y aunque su objetivo se encuentra en las antípodas del proselitismo, es heredero de un pasado accidentado en el que los sacerdotes marcharon junto a los conquistadores con la misión de evangelizar el Nuevo Mundo. Desde entonces, la Iglesia católica ha desempeñado un papel central en la vida política de América Latina.
El resultado, en una perfecta combinación entre el ensayo histórico, el reportaje y el análisis político, es el retrato vibrante de un continente cuya identidad ha sido siempre compleja.
La crítica ha dicho:
«La plata, la espada y la piedra, como bien señala Arana, no es una historia completa ni definitiva de América Latina. Tampoco es una crónica periodística. Es más bien un híbrido, que combina la erudición del análisis histórico con la profundidad del buen reportaje y una aguda comprensión del contexto político [...] una voz informada y autorizada que merece ser ampliamente escucha».
Álvaro Enrigue
«[Una] historia impresionantemente concisa y a la vez exhaustiva. Una obra profundamente conmovedora y relevante que proporciona nuevas líneas de reflexión».
KirkusReviews
«Una historia de América Latina de gran alcance [...]. Tan cautivadora como exhaustiva [...] Una maravilla».
PublishersWeekly