Guy Tregellas, vizconde de Varington, tenía reputación de ser un vividor; y al descubrir a una mujer bella en una playa, se sintió más que intrigado. Ella afirmaba ser una viuda respetable, pero él no la creyó y decidió intentar seducirla para descubrir la verdad.
Helena McGregor debía escapar de Escocia y esconderse en Londres. Durante los cinco años anteriores había llevado una vida de pecado, y no por propia voluntad. Ahora, el peligro estaba cada vez más cerca y necesitaba la ayuda del hombre arrolladoramente atractivo que la había rescatado.