Rachel Emmons escapó de su violento matrimonio en busca de paz y acabó refugiándose en los brazos de Ben Mitchell, el hombre que la rescató de las profundidades del océano y la convenció de que debía tratar de curarse…
Los habitantes de la isla afirmaban que Ben había sacado una sirena del mar, y él no se esforzó en negarlo. Lo cierto era que Rachel tenía la belleza de una sirena, algo que ni siquiera podía ocultar tras su luto de viuda. Y las magulladuras de su cuerpo daban fe de los oscuros secretos que había tratado de sumergir bajo las olas…