¡Descubra la felicidad al vivir bajo el principio de la pureza!
Somos muchos los cristianos que tenemos la esperanza de que Dios nos va a guardar de la calamidad y de la desdicha y, al mismo tiempo, cada día tomamos unas decisiones inmorales pequeñas, al parecer carentes de consecuencias, que nos van llevando lentamente hacia inmoralidades mayores. ¿Cómo podemos evitar las seducciones y las trampas que nos encierran en la esclavitud y destrozan nuestra vida abundante? Podemos escoger bendiciones como el gozo, la paz, la vida, la esperanza y la risa. O podemos escoger maldiciones como la infelicidad, las cicatrices, o un montón de ceniza.
En El principio de la pureza, Randy Alcorn de manera práctica y radical nos enseña que:
• Nuestra conducta sexual revela quién o qué gobierna nuestra vida.
• Dios ordena que seamos puros, y prohíbe la impureza.
• Dios nos ama lo suficiente como para ponernos letreros de advertencia.
• La pureza siempre es inteligente y la impureza es insensata.
• La relación sexual es increíblemente poderosa; es capaz de hacer un bien inmenso... o un daño también inmenso.
• Es correcto proteger la virginidad de uno. Es bueno que usted anime a sus hijos a guardarse para el matrimonio, no solo para la gloria de Dios, sino por su propia felicidad.