«Nuestro hombre es un ciudadano norteamericano que ocupa un alto cargo en el gobierno, casado y padre de una familia joven...» Un adúltero americano describe y disecciona desde la primera línea, con una prosa hipnótica, las estrategias, los objetivos y la psicología de un mujeriego compulsivo. Como todo donjuán, debe ser cuidadoso en la elección de sus amantes, y calcular muy bien el proceso de seducción; y también tiene que moverse con pies de plomo y ser muy hábil para ocultar su doble, o múltiple, vida ante su esposa, sus rivales políticos y la opinión pública. Y no estamos hablando de un hombre común y corriente. El sujeto de esta investigación, de esta novela de escasa ficción y espléndidos hallazgos, es John Fitzgerald Kennedy, uno de los más atractivos, míticos y mitologizados presidentes de los Estados Unidos.
JFK le confió a Harold MacMillan, el primer ministro británico, que si pasaba tres días sin acostarse con una mujer, sufría terribles dolores de cabeza. La respuesta de MacMillan fue que él, por el contrario, los padecía si pasaba tres días con una. Jed Mercurio -que además de brillante escritor es médico- se inspira en la escabrosa vida sexual de Kennedy, y también en su complicado historial médico, y la principal e inteligente premisa de esta provocativa novela es que el deseo y la energía que impulsaban al presidente de cama en cama, y sus enfermedades -las reales y las manipuladas o manufacturadas por los médicos-, eran el fundamento de su personalidad política. El autor no juzga a este ilustre adúltero ni moraliza.
Una novela revulsiva, de un humor y un ingenio a veces bastante negro, Un adúltero americano es el intenso, divertido, perturbador retrato de un estadista y de una época, y Mercurio presenta a JFK como un hombre de los tiempos que le tocó vivir, a la vez fuerte y frágil, con oscuros impulsos y deseos privados, y a la vez de gran talento y visión política.