Sidney se casó muy joven con Michel, su amor de juventud, a quien aún desea como el primer día. A pesar de ello, ahora tiene treinta y ocho años, sus hijas ya se han ido de casa y vive su matrimonio con frustración. La lujuriosa esposa y madre de familia desea hoy más que nada llevar a cabo sus fantasías y pensar en su propio placer. Ya no quiere tener miedo de las convenciones o sentirse oprimida por el lugar que ocupa en la sociedad. ¡Sid se libera de sus cadenas! Adiós a la vergüenza, va a seguir sus impulsos, pero ¿hasta dónde va a llegar? -