Cuando la imagen de una bestia devoradora de hombres viaja a través del nervio óptico hacia la corteza visual, el cerebro transmite un mensaje urgente al cuerpo: ¡huye! Eso es lo que hacen las personas normales, pero no los perseguidores de leones. Más que ver un problema de doscientos cincuenta kilos, ven una oportunidad para que Dios aparezca y muestre su poder. Persigue tu león es más que un eslogan; se trata de un enfoque radicalmente diferente ante la vida. Solo cuando dejamos de temer al fracaso podemos agarrar a la oportunidad por la melena. Con garra y entusiasmo, el autor de best sellers del New York Times, Mark Batterson entrega un mensaje audaz a todos aquellos que tengan un gran sueño. Esta es una llamada de atención para dejar de vivir como si el propósito de la vida fuese simplemente llegar seguros a la muerte. Nuestros sueños deben asustarnos. Deben ser tan grandes que fuese imposible alcanzarlos sin Dios.