Este libro es una de las aportaciones más originales que desde la sociología se han formulado para comprender la violencia, un tema axial en México y en la agenda global. A partir de una crítica de los análisis tradicionales centrados en las estructuras sociales, las interacciones y las subjetividades, aquí se sugiere abordar la violencia en tanto acción simbólica y referente de sentido que se inscribe en una red de significación que dice tanto a quienes la ejercen, como a quienes la sufren y atestiguan. Así se admite que la violencia está sujeta a interpretaciones diferenciadas que, al proyectar aspiraciones y temores colectivos, se transforman en narrativas y acciones institucionales que fracturan o refuerzan a las sociedades democráticas.