Cuestionada desde su origen como idea en la campaña electoral de López Obrador, la Guardia Nacional integrará en sus filas a miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal, y aunque tendrá un mando civil (si bien se trata de un general en retiro), su entrada en funciones representa, para los defensores de los derechos humanos y para los estudiosos del tema, una forma de militarización del país. En este número de MAGIS revisamos la historia de esta corporación, así como las razones en que se fundan algunas de las principales dudas y temores en torno a lo que podrá ser su papel en el violento presente mexicano.