«Sabíamos que no iba a ser fácil. El caso teníamás de setenta y cinco años. El delator y la mayoría delos testigos inmediatos habían muerto, probablemente.Y la cuestión no era tanto el quién, sino el porqué».
Utilizando nuevas tecnologías, documentos recién descubiertos y sofisticadas técnicas de investigación, un equipo internacional ha resuelto por fin el misterio que ha obsesionado a varias generaciones desde la Segunda Guerra Mundial: ¿quién traicionó a Ana Frank y a su familia? ¿Y por qué?
Más de treinta millones de personas han leído el diario que escribió la joven Ana Frank mientras vivía escondida en una buhardilla de Ámsterdam con su familia y otras cuatro personas durante la Segunda Guerra Mundial, hasta que los nazis los detuvieron y los enviaron a un campo de concentración. Pese a las muchas obras —reportajes periodísticos, ensayos, teatro y novelas— que han tratado la historia de Ana, hasta ahora nadie había conseguido explicar de forma concluyente cómo esas ocho personas lograron sobrevivir sin ser descubiertas durante más de dos años y quién o qué hizo que los nazis se presentaran finalmente en su puerta.
Con exquisita dedicación, el exagente del FBI Vincent Pankoke y un equipo de infatigables investigadores estudiaron decenas de miles de documentos, muchos de ellos inéditos, y entrevistaron a numerosos descendientes de personas que tuvieron relación directa con los Frank. Empleando métodos desarrollados por el FBI, el Equipo Caso Archivado reconstruyó minuciosamente los meses que precedieron a la nefasta detención y llegó a una conclusión impactante.
¿Quién traicionó a Ana Frank? La investigación que revela el secreto jamás contado es la historia cautivadora de esta misión. Rosemary Sullivan nos presenta a los investigadores, explica el comportamiento tanto de los cautivos como de sus captores y traza el perfil de un grupo de sospechosos. Al mismo tiempo, recrea con extraordinaria viveza el Ámsterdam de la guerra: un lugar en el que, por muy rico, culto o cuidadoso que fueras, nunca sabías en quién podías confiar.