Se están gestando problemas en una isla paradisíaca.
Martha se despierta y descubre que falta su preciosa sartén de hierro fundido. Ella necesita comenzar a cocinar, pero no está en su lugar y nadie admitirá haberlo visto, mucho menos tomarlo. Debe haber sido robado.
Y eso no es todo lo que está mal. Hay un extraño sentado en el bote de esa linda pareja francesa que le dio la sartén, y los lugareños piensan que parece sospechoso. Afirma que lo contrataron para que navegara en su bote y eso no tiene mucho sentido.
Depende de Johnny, el policía local, resolverlo todo