En la última década, la manera en que procesamos el lenguaje escrito ha cambiado de manera radical. Vivimos rodeados de pantallas, en muchos casos nos hemos vuelto adictos a ellas, y eso ha suscitado múltiples preocupaciones acerca de cómo eso está cambiando nuestro cerebro y, sobre todo, el de nuestros hijos.
En Lector, vuelve a casa, Maryanne Wolf se sumerge en la investigación científica que aborda la transformación de los cerebros de los niños que aprenden a leer y de los adultos que leemos de una manera diferente. Pero el libro no sólo se basa en la ciencia, sino en la historia, la literatura, la filosofía y la pedagogía. Escrito como si se tratara de cartas dirigidas a nosotros –sus queridos lectores–, Wolf, especialista en lectura y aprendizaje, afronta sus preocupaciones y esperanzas sobre la manera en que nos relacionamos con el lenguaje. Y lo hace asumiendo algo que muchos hemos empezado a advertir: incluso los lectores de toda la vida están cambiando sus hábitos y ven alterada su capacidad de concentración.
Provocador e intrigante, Lector, vuelve a casa es una guía que nos ofrece una perspectiva esperanzada, pero no ingenua, del impacto que la tecnología tiene en nuestros cerebros y en nuestras capacidades intelectuales más esenciales. Y señala lo que eso puede significar para el futuro.