Un mundo en el que las comunidades se mantienen escindidas unas de otras ya no parece constituir una opción seria. Menos aun lo es un mundo que, como el nuestro, exagera el poder de la diferencia en desmedro del valor de la semejanza. En -Cosmopolitismo. La ética en un mundo de extraños-, Kwame A. Appiah propone recuperar el concepto filosófico de hombre como -ciudadano del mundo-, aquel que no se identifica sólo con su patria ni considera al resto de los humanos como -extranjeros-.