Ireneo de Lyon [126-190] es el teólogo más importante del siglo II, y probablemente después el que más influyó en la teología de la Iglesia Primitiva después de Pablo. Nacido probablemente en Esmirna (Asia Menor), su familiaridad con Policarpo [70-155], obispo y mártir de la ciudad, que mantuvo una relación personal con el apóstol Juan, le convierte en un importantísimo eslabón en la tradición apostólica. Habiéndose trasladado a las Galias (Francia) por razones que se ignoran, fue elegido obispo en la ciudad de Lyon. Aunque el historiador Eusebio de Cesarea [267-338] nos habla de un buen número de obras escritas por Ireneo, de las que transcribe algunos fragmentos, solo se han conservado dos: Elenjos kai anatrope tes pseudonímon gnóseos (Desenmascaramiento y refutación dela falsa gnosis conocido como "Contra las herejías"), y Epídeixis ou apostolikon kerigmatos (Demostración de la enseñanza apostólica).
Curiosamente la polémica abierta con los gnósticos en tiempos de Ireneo y refutada por él en Contra las herejías, ha vuelto a resurgir en el siglo xxi con mucha intensidad. El hallazgo en Egipto de una versión copta de uno de los textos gnósticos desaparecidos y del que solo se tenía noticia por las citas y condenas que del mismo hace el propio Ireneo en su obra, ha desencadenado de nuevo la polémica. Nos referimos al llamado Evangelio de Judas, un texto apócrifo del siglo ii, que Ireneo atribuye a la secta gnóstica de los cainítos, y cuyo hallazgo ha causado no poca confusión a muchas personas no expertas en la materia.
Por tanto, nueva lectura de Contra las herejías, es imprescindible para todos aquellos deseosos de conocer la verdad sobre este tema y leer lo que sobre el tal Evangelio de Judas opinaban ya Ireneo y los cristianos de la Iglesia Primitiva.