El nombre de Goya es bien conocido de todos los amantes de las Artes, y ha volado por España y fuera de ella acompañado de una fama merecida: á pesar de la poca justicia con que generalmente son juzgados los hombres de mérito verdadero por sus contemporáneos, la generación que concluye, que le conoció y trató en su vigor, la que hoy média su camino, que le alcanzó en sus últimos años, y la que comienza su carrera artística y ha visto sus obras y oido hablar do él á sus padres y á sus maestros, todas unánimes le conceden un honroso lugar en la série larga y brillante de los artistas españoles. Y no debe Goya su nombre y su fama á la circunstancia de haber escaseado tanto los artistas notables en España durante el último tercio del siglo pasado y el primero del presente, no: Goya hubiera conquistado siempre y en cualesquiera circunstancias el renombre que no podia menos de adquirirle su originalidad verdadera, hija de la singular independencia de su carácter: maestro de sí mismo, puede decirse que por sí solo constituyó Escuela, adoptando un modo de ver en artes que nadie tuvo antes que él, que acaso nadie seguirá despues. No se propone la Academia hacer una crítica del génio y de las obras de este hombre singular, que ha sido ya juzgado con algún acierto por propios y estraños; y al publicar una coleccion, hasta ahora inédita, de sus estimadas aguas-fuertes, cumple solo un honroso deber, contribuyendo á dar á conocer cada vez, mas las obras características de tan distinguido maestro, y tan digno individuo de este cuerpo artístico. La coleccion que él designó con el nombre de Estragos ó Desastres de la Guerra, es sin disputa una de las más notables que en este género produjo Goya: en ella se descubre todo el brío de su fogosa imaginación, exaltada y sobreescilada por un vivo sentimiento de patriotismo, en aquellos terribles momentos en que una injusta invasión estranjera pretendía humillar el orgullo y altivez característicos del nombre castellano: ¿qué mucho, pues, que un español, un aragonés y un hombre del carácter duro é independiente de Goya se dejase arrastrar muchas veces hasta la exageracion y la caricatura? En cambio respira esta obra novedad en los asuntos, originalidad en los tipos, fuego en la composicion, valentía y seguridad en la mancha, decision y hasta finura en el dibujo. Para que nada falte á esta singular coleccion, las leyendas puestas á cada lámina son otro rasgo mas del génio de su autor: concisas, incisivas y picantes añaden carácter, si añadírselo es posible á lo que ya consignó el lápiz del artista: una breve frase, y á veces una palabra sola, revelan con su misma rapidez la idea fugaz que su mente concibiera en un momento y su mano representara en poco más de otro. La Academia, que ha adquirido las planchas de esta coleccion, conocida de muy pocos y de la que solo se habian sacado un número reducido de pruebas, la publica con la confianza de que ha de merecer una favorable acogida á los amantes de las Artes españolas.