Luego de la desaparición forzada de 43 normalis-tas en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre de 2014, la sociedad mexicana levantó la voz contra el Estado que había propiciado las condiciones de criminalidad, corrupción e impunidad por las que esa noche fue posible. La exigencia de justicia cobró forma en manifestaciones en México y en el mundo. Un año más tarde, los mexicanos presenciamos cómo el gobierno insistía en las supuestas virtudes de las reformas estructurales que venía promoviendo, mientras sostenía una actuación por lo menos errática ante el tema de Ayotzinapa y en otros escenarios de grave violencia, además de que era cuestionado por los escándalos de conflicto de interés que no han quedado satisfactoriamente esclarecidos. En este número de Magis, un reportaje de Daniela Pastrana desgrana un recuento de lo que hemos hecho y de lo que ha significado la actuación de la sociedad civil a lo largo del año que comenzó en aquella noche de Iguala, con especial atención al que acaso sea el componente más significativo: el papel de los jóvenes mexicanos. En este mismo tenor, dedicamos la sección Spectare al trabajo más personal del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, asesinado, junto con cuatro mujeres, en la colonia Narvarte de la ciudad de México el 31 de julio pasado.