El fabricante de ataúdes se inscribe dentro del relato clásico de fantasmas del siglo XIX, aunque Alexander Pushkin de hecho persigue algunos símbolos que trascienden el estrecho margen del género.
El relato nos presenta a un prosaico fabricante de ataúdes que se siente ofendido en su orgullo durante una celebración. Alguien, tal vez estimulado por el alcohol y la camaradería, realiza una propuesta desafortunadamente: que cada uno de los tertulianos brinde por sus clientes.
Este oscuro fabricante de ataúdes de Alexander Pushkin decide llevar esa propuesta hacia lo inconcebible, convocando a sus lúgubres clientes a una reunión privada en su propia casa.