Las narraciones que contiene este librito son de cosas ciertas; de acontecimientos que han tenido lugar. Claro está que, ni siquiera por un momento, pretendo yo que el lector en general de crédito a tal afirmación y que quedaré del todo satisfecho si quien lea estas páginas logra con ello disipar el fastidio de un monótono viaje en ferrocarril; si consigue aumentar el placer de una noche de invierno ante el fuego confortable del hogar o hacer más agradable el trayecto de un río en una tarde de recreo.
Podría añadir aquí, para los pocos cuyo interés en estos asuntos es algo más que superficial, que algunos de estos relatos son de mi personal experiencia y que los demás son la exacta reproducción de lo que me han referido personas en cuya veracidad tengo la más plena confianza. En todos los casos, excepción hecha de “Jagannath” y de “El Aposento del Barón”, la narración me ha sido confiada por su protagonista, de tal manera que no ha habido lugar para las sutiles alteraciones que inevitablemente se deslizan en los cuentos que van pasando de mano en mano.
Lo que aquí se narra sucedió en verdad; y, aun cuando sería difícil que a ello dieran crédito los profanos en estos asuntos, los que estén familiarizados con la literatura de las cosas ocultas podrán dar su asentimiento a la veracidad de lo descrito.
En algunos otros libros he tratado cosas semejantes dándoles su científica explicación; al publicar esta obrita es mi único deseo el proporcionar a sus lectores un par de horas de placentera distracción.
—Charles Leadbeater