Se nos ha dicho muchas veces que la testosterona es la quintaesencia de la masculinidad y que el sexo biológico ejerce una influencia fundamental en nuestro desarrollo. Sin embargo, la psicóloga Cordelia Fine demuestra, con estilo y astucia, que no es cierto que el sexo dé lugar a naturalezas masculinas y femeninas.
Testosterona rex se sirve de la ciencia evolutiva, de la psicología, de la neurociencia y de la historia social para dejar atrás anticuados debates sobre características «innatas o adquiridas».