Ofrecemos este número de Portavoz de la Gracia sobre la paternidad. William Gurnall nos presenta este tema brevemente, describiendo las funciones de un padre como profeta para instruir a la familia, un rey para gobernarla y un sacerdote para dirigir a la familia en la adoración a Dios. Arthur W. Pink luego nos ayuda a comprender que la paternidad es una responsabilidad y un privilegio. El padre cumple su papel al instruir a sus hijos, serles un modelo de la vida cristiana; disciplinándolos y orando por ellos. Juan Calvino explica la responsabilidad principal del padre. Richard Baxter escribe que, a fin de guiar correctamente a la familia para Cristo, el padre necesita la habilidad para gobernar, comprender lo que es la autoridad bíblica en su hogar y tener como un estilo de vida la santidad. Luego aprendemos de Nicholas Byfield que el padre tiene que ser piadoso. ¿Cómo se manifiesta esto? El autor nos lo dice dándonos una lista de señales que nos ayudan a identificar la obra de Cristo en sus corazones. Para ser “profeta” en su hogar, el padre tiene que enseñar la Palabra de Dios, dice Thomas Doolittle, y para ser eficaz en esa buena obra, él, como “sacerdote”, tiene que ser un hombre de oración. Cada padre de familia sabe que criar a los hijos en las enseñanzas de la Palabra, el amor y los consejos del Señor es una tarea difícil; por esta razón William Gouge escribe sobre la disciplina amorosa que el padre debe practicar como “rey” en su hogar. No obstante, Thomas Watson hace ver muy claro que los padres deben actuar con prudencia con sus hijos: de otra manera, pueden provocarlos a ira. Habiendo considerado todo esto, ¿qué pasos prácticos puede tomar el hombre para cumplir su papel? Richard Baxter comparte consejos claros, provechosos y bíblicos a los padres para que puedan reformar a sus familias en el nombre de Jesucristo. Por último, George Swinnock concluye este tema con una oración sincera y de corazón pidiendo al Señor que lo salvó que le ayude a ser el padre que ha sido llamado a ser.