Cassie ya había caído en las redes de Dan una vez, pero había huido aterrada ante la posibilidad de tener hijos y una cuenta conjunta en el banco. Dan creía que divorciándose de Cassie había alcanzado la traquilidad y lo que más deseaba en el mundo era volver a surcar los mares con su barco. El problema era la continua tentación de buscarla y... si la encontraba, ¿sería tan valiente como para permanecer a su lado?