Escrita hacia el año 387, en su obra "De las costumbres de la Iglesia Católica y de los maniqueos" San Agustín escribe contra algunas herejías, principalmente contra los maniqueos, de quienes en algún momento formó parte y de los cuales conocía muy bien sus enseñanzas. San Agustín trata la cuestión del bien y del mal, presentando la postura de la Iglesia Católica y haciendo notar los errores de los maniqueos al respecto del tema tratado.