Prosa del observatorio tiene el extraño privilegio de ser uno de los libros menos estudiados de Cortázar y, a la vez, uno de los que mejor representan su poética y su visión del mundo.
Incluye, por primera vez, las fotos originales tomadas por Julio Cortázar
«Jai Singh quiere ser eso que pregunta, Jai Singh sabe que la sed que se sacia con el agua volverá a atormentarlo, Jai Singh sabe que solamente siendo el agua dejará de tener sed.»
Obra anfibia, hecha de las fotos tomadas por Cortázar en 1968 del observatorio de Jaipur, en la India, construido por el sultán Jai Singh en el siglo XVIII, y una serie de textos fechados en París y en Saignon en 1971. La asombrosa plasticidad con que se funden las prosas poéticas y las fotografías convierten al libro en una amalgama perfecta repleta de imágenes, relatos, reflexiones, hallazgos, expresividad y sinécdoques, de modo que, más que acompañarse unas a otras, parecen interpelarse primero y fundirse después. Asomarse a esta obra tan erótica como filosófica, que se alimenta más del asombro que de lo lúdico, permite espiar un espacio donde conviven las águilas y las anguilas, Baudelaire y Nietzsche, la cinta de Moebius y ese instante previo al alba que Cortázar denomina la "noche pelirroja". Y experimentar, al mismo tiempo, ese punto trascendental y libre del lenguaje -más allá de lo verbal y lo visual- donde se rompen las fronteras entre Oriente y Occidente, entre el cielo y el océano, entre la ciencia y la poesía.